¿Cuántas
veces hemos estado en un restaurante o en una cafetería, intentando disfrutar
de la compañía de familia o amigos, pero el barullo del local hace imposible mantener con ellos una
conversación cómoda sin tener casi que gritar para ello?
La televisión a un volumen alto, el ruido de la cafetera, los de al lado hablando a voces, el camarero cantándole la comanda al cocinero… ¿Quién no ha pronunciado alguna vez
la frase “¡Qué jaleo!” en algún lugar de estos?
Pues bien, en esos casos
es muy probable que el local en cuestión presente un problema de exceso de reverberación en
su interior.
¿Y qué es la Reverberación?
Imaginemos que estamos en un recinto cerrado y
emitimos un sonido, como puede ser un grito, una palmada o explotar un globo. Las reflexiones
de dicho sonido en paredes, suelo y techo hacen que éste retumbe y siga sonando durante un cierto tiempo (tiempo de reverberación) a pesar de que
la fuente sonora haya dejado de emitir
ese sonido, hasta que finalmente desaparece...
Las primeras reflexiones son, grosso modo,
integradas por nuestro oído como si fueran el propio sonido directo. A partir
de ahí, todas las reflexiones que llegan a continuación forman un campo reverberante que, si no se
controla adecuadamente, lo más probable es que perjudique el CONFORT ACÚSTICO del local. Esto se
traduce en cafeterías y restaurante ruidosos, de los que salimos con dolor de
cabeza y con pocas ganas de querer volver.
La
reverberación de un recinto es inversamente proporcional a la cantidad de absorción del mismo. Esta
afirmación fue descubierta en 1898 por W.C.
Sabine, que formuló una ecuación por la que se le considera uno de los padres de la
acústica y que ha sido utilizada universalmente hasta nuestros días como
principal parámetro para la caracterización acústica de una sala.
RT = 0,161 V/A
donde RT en
es el tiempo de reverberación, V es el volumen del recinto, y A es la absorción total del mismo.
En la
actualidad, la legislación nacional vigente recoge ya la necesidad de controlar la reverberación en todos los locales
de ocio estableciendo un tiempo de reverberación máximo de 0,9 segundos en
cafeterías, bares, restaurantes y comedores vacíos. Un tiempo de reverberación superior implicaría, entre otras cosas, un descenso en la inteligibilidad de la palabra, o lo que es lo mismo, a mayor RT más nos costaría
entender lo que nos dice nuestro interlocutor.
Diferentes
estudios han demostrado los efectos
secundarios de la exposición continuada a una reverberación excesiva, lo que para un negocio
de hostelería podría derivar en las siguientes consecuencias:
ACONDICIONAMIENTO ACÚSTICO
A
pesar de la gravedad del problema, el control del tiempo de reverberación de un
local tiene, dentro de lo que cabe, fácil
solución.
En
primer lugar conviene recalcar que las actuaciones para controlar el
tiempo de reverberación no son tareas de AISLAMIENTO acústico, como tiende a decirse erróneamente, sino de ACONDICIONAMIENTO acústico, como ya explicamos en un post anterior.
OPCIÓN 1
Si el
problema se puede abordar desde el inicio, la manera óptima de afrontarlo es mediante la instalación de techos y/o trasdosados acústicos que,
además de aportar la absorción acústica necesaria para reducir el tiempo de
reverberación en el local, permiten una amplia gama de acabados, acorde a las necesidades estéticas de cada negocio.
Tuvimos recientemente
el caso de una cafetería que presentaba todo un frontal acristalado y un techo liso de escayola, ambos altamente reflectantes, lo que provocaba que el tiempo de reverberación
en el interior del local fuese superior a 2
segundos. Tras analizar la situación, se propuso la instalación de un techo
acústico, con el que se consiguió bajar el tiempo de reverberación hasta los 0,5 segundos.
OPCIÓN 2
En caso de que no se quiera o no se pueda abordar una actuación como la anterior, se puede optar por la instalación de paneles fonoabsorbentes, bien suspendidos o bien pegados en techo o
paredes. Su instalación no requiere ningún tipo de obra mayor, por lo que es la
opción más utilizada en aquellos locales que ya están en funcionamiento y no se
pueden permitir el lujo de cerrar su negocio unos días para acometer una reforma.
Hoy en día hay una gran variedad de
paneles fonoabsorbentes en el mercado. La cantidad
a instalar, su tipo y su ubicación debe realizarse
cuidadosamente para conseguir un adecuado tiempo de reverberación y una
correcta distribución de la energía sonora.
En Sonen aplicamos métodos de cálculo y un software de
simulación que nos permite modelar el
comportamiento acústico del local y prever las mejoras que se obtendrían con la hipotética instalación
de materiales fonoabsorbentes. De este modo, aportamos a nuestros clientes la
garantía de que el producto que instalamos (tipo, cantidad y
ubicación) les va a permitir cumplir con las exigencias de tiempo de
reverberación indicadas en la legislación vigente.
En la actualidad, la sociedad está cada vez más concienciada con los efectos negativos que el ruido provoca en nuestra salud.
Desde Sonen hemos impulsado un sello de calidad acústica gratuito, llamado AQ Sonen, para locales de hostelería. El objetivo es el de informar a clientes y trabajadores de que el local que lo posee proporciona un adecuado confort acústico en su interior, aportando de este modo un importante valor añadido al negocio en cuestión.
Desde Sonen hemos impulsado un sello de calidad acústica gratuito, llamado AQ Sonen, para locales de hostelería. El objetivo es el de informar a clientes y trabajadores de que el local que lo posee proporciona un adecuado confort acústico en su interior, aportando de este modo un importante valor añadido al negocio en cuestión.
TELEVISIÓN DE GALICIA Sello de calidad acústica AQ Sonen
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